Por Juan Tomás Valenzuela
El bulto de la Difteria
fue otro engaño del gobierno
para cerrar el cuaderno
de “Odebré” y su periferia.
En un ambiente de histeria,
sin información alguna,
salieron tras la vacuna
de una fiebre inexistente,
una caterva de gente
que lo que sufre es de hambruna.
“Yo empeñé el televisor”
dijo una doña orgullosa,
víctima de esta ingeniosa
campaña del corruptor,
de esta gente sin pudor,
que al salirse con la suya,
le importa que se destruya
la salud y economía
de un pueblo que cada día
cuelga más de la cabuya.
Este cuento ha provocáo
un miedo en la población,
que el tema de corrupción
ya se olvidó en algún lao.
La estrategia de Joao
aún sigue surtiendo efecto
y parte del idiolecto
de la gente no pensante
es llevarse del allante
de estos terribles sujetos.
El cuento de la difteria
que inventán estos hampones,
dejó 50 millones
a esta estirpe primiceria,
los que llevan miseria
a toda la población,
los del gobierno bribón
que estafa a sus ciudadanos,
enfermando al que está sano,
para infundir distracción.
1 abril 2018